El Origen de la Navidad.
Origen pagano
En 1990, la junta escolar de Solon, Ohio (un suburbio de Cleveland) prohibió todas las escenificaciones de natividad y otras actividades navideñas en cualquier propiedad escolar, porque sentían que esto violaba la separación de iglesia y estado. Fueron desafiados en la corte cuando los padres indignados se opusieron, sintiendo que la Navidad les estaba siendo robada a sus hijos y a la comunidad. ¡La junta perdió el caso! La ciudadanía había argumentado que la Navidad era una tradición universal que no era parte de la religión, sino que la trascendía. La Navidad fue considerada como secular — parte de prácticamente todas las culturasdel mundo.¡La decisión de la corte afirmó que la Navidad no tiene raíces cristianas! Sin embargo, la opinión de la corte también hizo notar que la lectura de la Biblia y la oración sí están obviamente asociadas con el cristianismo — ¡una admisión extraordinaria! La corte concluyó que observar la Navidad y las escenificaciones navideñas podían permanecer porque no eran realmente parte del cristianismo, ni de la religión — sin embargo, la lectura de la Biblia y la oración, que sí son parte, ¡debían seguir excluidas de las escuelas!
Casi todos los aspectos de la observancia de la Navidad tienen sus raíces en la costumbre romana y en la religión. Considere la siguiente admisión de un gran periódico americano (The Buffalo News, 22 de noviembre de 1984): “La primera referencia a la Navidad que marcó el 25 de diciembre viene del segundo siglo después del nacimiento de Jesús. Se considera, de igual manera, que las primeras celebraciones de la Navidad fueron en reacción a la Saturnalia romana, un festival de cosecha que marcaba el solsticio de invierno — el regreso del sol — y honraba a Saturno, el dios de la agricultura. La Saturnalia era un tiempo de alboroto, al cual se oponían hasta los más austeros líderes en la aún minoritaria secta cristiana. Según dice un erudito, la Navidad se desarrolló como un medio para reemplazar la adoración del sol (del inglés sun) con la adoración del Hijo (del inglés son). [Nota: en inglés sol se traduce sun e hijo se traduce son; ambas palabras se pronuncian igual.] Para el año 529 d.C., después que el cristianismo se hubiera convertido en la religión oficial del estado en el Imperio Romano, el emperador Justiniano hizo de la Navidad una festividad cívica. La celebración de la Navidad llegó a su cúspide — algunos dirían que a sus peores momentos — en el período medieval, cuando se convirtió en un tiempo para consumo conspicuo y juerga incomparable”.
Considere estas citas de la Enciclopedia Católica, edición de 1911, bajo el título “Navidad”: “La Navidad no estaba entre los primeros festivales de la Iglesia… la primera evidencia de esta fiesta es de Egipto”. Además, “las costumbres paganas que se centran alrededor de las calendas de enero, gravitan alrededor de la Navidad”. Bajo el título “Día Natal”, Orígenes, un antiguo autor católico, admitió: “…en las Escrituras no se registra que alguien haya guardado una fiesta u ofrecido un gran banquete en su cumpleaños. Son sólo (como Faraón y Herodes) los que hacen grandes regocijos del día en que vinieron a este mundo”
La Enciclopedia Americana, edición de 1956, añade: “La Navidad… no era observada en los primeros siglos de la iglesia cristiana, ya que la usanza general era celebrar las muertes de las personas notables, en lugar de su nacimiento… una fiesta fue establecida en memoria de este evento [el nacimiento del Cristo] en el siglo IV. En el siglo V, la iglesia occidental ordenó que la fiesta fuera celebrada en el día de los ritos del nacimiento del sol, y al cierre de la Saturnalia, ya que no existía conocimiento certero del día del nacimiento del Cristo”.
Pasaron 300 años después de la era común antes que la iglesia romana celebrara la Navidad, y no fue sino hasta el siglo V que fue ordenada su observancia en todo el imperio, como un festival oficial en honor a “Cristo”.
¿Nació el Cristo un 25 de diciembre?
Jesús nació durante el otoño del año. Muchos han creído equivocadamente que nació al inicio del invierno — ¡el 25 de diciembre! ¡Ellos están equivocados!
(Comentario de Adam Clarke), volumen 5, página 370, edición New York: “Era costumbre entre los judíos enviar sus ovejas a los desiertos cerca de la Pascua [a principios de la primavera], y traerlas a casa al inicio de la primera lluvia”. Las primeras lluvias comenzaban a inicios o mediados del otoño. Continuando con la misma cita: “Durante el tiempo que estaban fuera, los pastores las vigilaban día y noche. Cuando la primera lluvia comenzó, temprano en el mes de March–esvan, tiempo que corresponde a parte de nuestro octubre y noviembre [comienza en algún punto de octubre], encontramos que las ovejas eran mantenidas fuera, a campo abierto, durante todo el verano. Y puesto que los pastores aún no habían llevado a sus rebaños a casa, se presume que octubre aún no había comenzado, y que, por consiguiente, Jesus no nació el 25 de diciembre, cuando no había rebaños afuera en los campos. Él tampoco pudo haber nacido después de septiembre, puesto que los rebaños aún estaban en los campos por la noche. Sobre esta base, la natividad en diciembre debe ser abandonada. La alimentación de los rebaños por la noche en los campos es un hecho cronológico… vea las citas de losTalmudistas en Lightfoot”.
Lucas 2:8 explica que cuando el Cristo nació: “En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche” (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy). Note que ellos “estaban” en el campo. Esto nunca sucedió en diciembre. Tanto Esdras 10:9-13 como Cantares 2:11 muestran que el invierno era la temporada lluviosa y que los pastores no podían permanecer en los fríos y abiertos campos por la noche.
¡Numerosas enciclopedias afirman claramente que el Cristo no nació el 25 de diciembre! La Enciclopedia Católica confirma esto de manera directa. ¡Con toda probabilidad, el Cristo nació en otoño! Una larga explicación técnica probaría este punto.
Puesto que ahora ya sabemos que el 25 de diciembre no era siquiera cercano a la fecha de nacimiento de Cristo, ¿de dónde se originó el festival asociado a esta fecha?
Ahora lea esta cita bajo el título “Navidad”: “En el mundo romano, la Saturnalia (17 de diciembre) era un tiempo de algarabía e intercambio de regalos. El 25 de diciembre también era considerado como la fecha de nacimiento del dios persa Mitra, el Sol de la Justicia. En el año nuevo romano (1 de enero), las casas eran decoradas con verdor y luces, y regalos les eran dados a los niños y a los pobres. A estas observancias se sumaban los ritos navideños germánicos y celtas, cuando las tribus teutónicas penetraron en Galo, Bretaña y Europa central. La comida y el buen compañerismo, el tronco navideño y el bizcocho de Navidad, el verdor y los abetos, los regalos y saludos, todos conmemoraban diferentes aspectos de esta temporada festiva. Fuegos y luces, símbolos de calidez y fuego duradero, siempre han sido asociados con el festival invernal, tanto pagano como cristiano” (Enciclopedia Británica, 15ª edición, Vol. II, p. 903).
Una cita final acerca de la selección del 25 de diciembre como la fecha de nacimiento del Cristo se hace necesaria. Artículo en The Toronto Star (La estrella de Toronto) de diciembre de 1984, por Alan Edmonds, titulado “Les debemos mucho a los druidas y a los holandeses”, éste dice: “La Reforma le causó daño a la Navidad. Para entonces, por supuesto, los astutos políticos eclesiásticos ya habían adoptado el festival pagano a la mitad del invierno como el supuesto natalicio de Jesús de Nazaret, y habían incorporado algunas otras deidades paganas para hacer más apetecible su toma de poder”.
El 25 de diciembre no fue seleccionado porque fuera el nacimiento del Cristo, o porque fuera siquiera cercano a éste. Fue seleccionado porque coincidía con el festival de Saturnalia — y esta celebración debe ser examinada cuidadosamente. En cualquier caso, no sabemos la fecha exacta del nacimiento del Cristo.
Lucas 2:8 explica que cuando el Cristo nació: “En la misma región había pastores que estaban en el campo, cuidando sus rebaños durante las vigilias de la noche” (Nueva Biblia Latinoamericana de Hoy). Note que ellos “estaban” en el campo. Esto nunca sucedió en diciembre. Tanto Esdras 10:9-13 como Cantares 2:11 muestran que el invierno era la temporada lluviosa y que los pastores no podían permanecer en los fríos y abiertos campos por la noche.
¡Numerosas enciclopedias afirman claramente que el Cristo no nació el 25 de diciembre! La Enciclopedia Católica confirma esto de manera directa. ¡Con toda probabilidad, el Cristo nació en otoño! Una larga explicación técnica probaría este punto.
Puesto que ahora ya sabemos que el 25 de diciembre no era siquiera cercano a la fecha de nacimiento de Cristo, ¿de dónde se originó el festival asociado a esta fecha?
Ahora lea esta cita bajo el título “Navidad”: “En el mundo romano, la Saturnalia (17 de diciembre) era un tiempo de algarabía e intercambio de regalos. El 25 de diciembre también era considerado como la fecha de nacimiento del dios persa Mitra, el Sol de la Justicia. En el año nuevo romano (1 de enero), las casas eran decoradas con verdor y luces, y regalos les eran dados a los niños y a los pobres. A estas observancias se sumaban los ritos navideños germánicos y celtas, cuando las tribus teutónicas penetraron en Galo, Bretaña y Europa central. La comida y el buen compañerismo, el tronco navideño y el bizcocho de Navidad, el verdor y los abetos, los regalos y saludos, todos conmemoraban diferentes aspectos de esta temporada festiva. Fuegos y luces, símbolos de calidez y fuego duradero, siempre han sido asociados con el festival invernal, tanto pagano como cristiano” (Enciclopedia Británica, 15ª edición, Vol. II, p. 903).
Una cita final acerca de la selección del 25 de diciembre como la fecha de nacimiento del Cristo se hace necesaria. Artículo en The Toronto Star (La estrella de Toronto) de diciembre de 1984, por Alan Edmonds, titulado “Les debemos mucho a los druidas y a los holandeses”, éste dice: “La Reforma le causó daño a la Navidad. Para entonces, por supuesto, los astutos políticos eclesiásticos ya habían adoptado el festival pagano a la mitad del invierno como el supuesto natalicio de Jesús de Nazaret, y habían incorporado algunas otras deidades paganas para hacer más apetecible su toma de poder”.
El 25 de diciembre no fue seleccionado porque fuera el nacimiento del Cristo, o porque fuera siquiera cercano a éste. Fue seleccionado porque coincidía con el festival de Saturnalia — y esta celebración debe ser examinada cuidadosamente. En cualquier caso, no sabemos la fecha exacta del nacimiento del Cristo.
¿Quién fue Saturno?
Citas previas presentaron el tema de la Saturnalia. Estudiemos de manera cuidadosa quién fue exactamente Saturno. Considere la siguiente cita de otro gran periódico americano, The Democrat and Chronicle, Rochester, Nueva York, diciembre de 1984: “El festival romano de Saturnalia, del 17 al 24 de diciembre, movía a los ciudadanos a decorar sus hogares con verdor y luces, y a dar regalos a los niños y a los pobres. El festival del 25 de diciembre, natalis solis invicti, el nacimiento del sol invicto, fue decretado por el emperador Aureliano en 274 d.C., como una celebración del solsticio de invierno, y un tiempo (después)… fue cristianizado como una fecha para celebrar el nacimiento del Hijo de Luz”.
El Dr. William Gutsch, presidente del Museo Americano de Historia Natural — Planetario Hayden, confirmó el nombre original de la Navidad con esta cita del 18 de diciembre de 1989, en un periódico de Wetchester, Nueva York, The Reporter Dispatch:
“Los antiguos romanos no estaban celebrando la Navidad, sino más bien, un festival llamado Saturnalia. Éste ocurría cada año, cerca del comienzo del invierno, o en el solsticio de invierno. Este era el tiempo que el sol había tomado su curso más bajo a través del cielo y en el cual los días comenzaban a hacerse más largos, asegurando así otra temporada de crecimiento”.
La Saturnalia, por supuesto, celebraba a Saturno — el dios fuego. Saturno era el dios de la agricultura (la siembra) porque el calor del sol era requerido para permitir la siembra y el crecimiento de las cosechas. También era adorado en este festival de invierno para que regresara (él era el “sol” — recuerde “sun”) y diera nuevamente calor a la tierra para que la siembra de primavera pudiera ocurrir. El planeta Saturno fue nombrado posteriormente en honor a él, ¡porque entre todos los planetas, con sus anillos y color rojo brillante, representaba mejor al dios del fuego!
Virtualmente cada civilización tiene un dios del fuego/sol. Los egipcios (y algunas veces los romanos) lo llamaban Vulcano. Los griegos lo llamaban Cronos, al igual que los fenicios — pero ellos también lo llamaban Saturno. Los babilonios lo llamaban Tamuz (como Nimrod, resucitado en la persona de su hijo), Moloc o Baal (como lo llamaban los druidas). Todos estos eran simplemente los diversos nombres de Nimrod. Nimrod era considerado el padre de todos los dioses babilonios.
Sacrificio de niños
Práctica asociada con la adoración al dios del fuego (Nimrod, Saturno, Cronos, Moloc y Baal) en la siguiente cita de Las dos Babilonias, de Alexander Hislop, página 231:
“Esto concuerda perfectamente con el carácter del Gran Jefe del sistema del culto al fuego. Nimrod, como representante del fuego devorador al cual se le ofrecían víctimas humanas, especialmente niños, en sacrificio, era considerado como el gran devorador de niños… era, por supuesto, el verdadero padre de todos los dioses babilónicos; y, desde luego, con tal carácter fue considerado después universalmente. Como Padre de los dioses recibió, como hemos visto, el nombre de Cronos; y todos saben que la historia clásica de Cronos era justamente de que ‘él devoraba a sus hijos tan pronto como nacían’. (Diccionario Clásico Lempriere, ‘Saturno’.)… esta leyenda tiene un significado más amplio y profundo; pero aplicada a Nimrod, o ‘el Cornudo’, sólo se refiere al hecho de que, como representante de Moloc o Baal, las ofrendas más aceptables en su altar eran los niños. Tenemos una amplia y triste evidencia sobre este asunto por los relatos de la antigüedad. ‘Losfenicios’, dice Eusebio, ‘sacrificaban todos los años a sus amados hijos unigénitos a Cronos o Saturno’”.
“…quien se acercara al fuego, recibiría una luz de divinidad” y “a través del fuego divino todas las manchas producidas por generaciones podían ser purgadas”. Por tanto, “hicieron pasar por el fuego sus hijos y sus hijas a Moloc” (Jer. 32:35).
¿Quién fue Nimrod?
Debemos ver ahora más de cerca quién fue esta figura bíblica, Nimrod. Ya lo hemos visto como uno de los dioses falsos originales de la historia, pero, ¿qué más se puede aprender?
Génesis 10:9 dice de Nimrod: “Este fue vigoroso cazador delante [en lugar] del Eterno”. Él realmente trató de reemplazar al dios Abrahamanico.
El famoso historiador judío, Josefo, registra en Antigüedades judías importante evidencia acerca del rol de Nimrod en el mundo post diluviano. “Él también cambió gradualmente el gobierno a tiranía… Él [Nimrod] también dijo que se vengaría del dios Abrahamanico si tuviera en mente ahogar nuevamente al mundo; y que para eso edificaría una torre muy alta, que las aguas no pudieran alcanzar… Ahora la multitud estaba bien preparada para seguir la determinación de Nimrod, y para estimar como cobardía el someterse al dios Abrahamanico” (Libro I, Cap. IV, sección 2, 3).
Ezequiel 8:13-14 registra un cuadro de las mujeres de Israel “endechando a Tamuz”. Este Tamuz (el dios del fuego) era considerado ser Nimrod y la etimología de la palabra misma es fascinante. Tam significa “hacer perfecto” y muz “fuego”. El significado es claro a la luz de lo que ya hemos aprendido. A propósito, en la Guerra Tormenta del Desierto entre Iraq y Kuwait, Saddam Hussein nombró a uno de sus misiles “Tamuz”. Él ciertamente entendía que su significado incluía fuego.
Quemados a Moloc.
“el tambor”. Los tambores se tocaban para ahogar los gritos de las víctimas en las llamas.
Note esta cita de Paraíso Perdido, por John Milton, acerca del terrible dios Moloc: “Primero Moloc, rey horrible, manchado con la sangre de los sacrificios humanos y destilando lágrimas paternales aunque con el estrépito de tambores y timbales, no fueron oídos los gritos de los hijos arrojados al fuego para ser después ofrecidos al execrable ídolo”. Por supuesto, todos dirán que ya no sacrifican a sus hijos a Moloc hoy, pero continúe leyendo.
En el Nuevo Testamento, el mártir Esteban fue apedreado hasta la muerte, al menos en parte, porque acusó a sus oyentes por la adoración a este ídolo malvado (Hechos 7:43).
Cuando el rey Josías llegó al trono, como rey de Judá, destruyó los altares en el Valle de Tofet (o Hinom — el mismo valle que el Cristo comparó con el fuego “gehena” en Marcos 9:43-49) poco después de llegar al poder. Él comprendió la gran maldad de las prácticas que estaban teniendo lugar allí.
Los druidas y los sacrificios humanos
Muchas personas han escuchado de los druidas. Pocos saben quiénes y qué fueron. Nos referiremos a ellos más adelante y los ataremos a otras prácticas cristianas bien conocidas. Debemos establecer primero su rol histórico en los sacrificios humanos.
Julio César es la más conocida fuente de información sobre los druidas. Esto viene de la Enciclopedia Británica. Esta cita, bajo “Druidas”, explica claramente quiénes fueron: “Druidas, la clase docta entre los antiguos celtas, cuyo nombre significa Conocer (o encontrar) el roble. Ellos parecen haber frecuentado bosques de roble y haber actuado como sacerdotes, maestros y jueces. Los primeros registros conocidos de los druidas vienen del tercer siglo [a.C.]… los druidas se encargaban de los sacrificios públicos y privados, y muchos hombres jóvenes iban a ellos por instrucción. Ellos juzgaban todas las disputas públicas y privadas y decretaban la penalización… El principio doctrinal de los druidas era que el alma era inmortal… (Ellos) ofrecían víctimas humanas por aquellos que estaban gravemente enfermos o en peligro de muerte en batalla. Grandes imágenes de mimbre eran llenas de hombres vivos y luego quemadas; aunque los druidas elegían a criminales de preferencia, ellos sacrificaban víctimas inocentes si era necesario”.
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El rol del canibalismo
Otra verdad acerca del origen de la Navidad surge de la palabra moderna caníbal. Esta práctica tiene sus raíces en una función principal de todos los sacerdotes de Baal. Mantenga en mente que la palabra hebrea para sacerdote es Cahna.
Considere la siguiente cita de Las dos Babilonias, por Alexander Hislop, página 232: “En la ley mosaica era un precepto, proveniente sin duda de la fe patriarcal, de que el sacerdote debía participar de todo lo que se ofreciera como ofrenda expiatoria (Números 18:9,10). Por consiguiente, a los sacerdotes de Nimrod o Baal se les exigía necesariamente que comieran de los sacrificios humanos; y fue así como ‘Cahna-Bal’, el ‘Sacerdote de Baal’, aparece en nuestra propia lengua para designar al devorador de carne humana”.
¿Qué acerca del mito de Santa?
Hace algunos años, un sacerdote en Nueva Jersey le dijo a su clase de escuela dominical que Santa era un mito. La indignación de los padres y de sus supervisores fue inmediata. ¡Él había “matado a Santa”! ¡Había “destruido la tradición familiar”! Había “usurpado la autoridad familiar”, continuaba el artículo. Fue censurado oficialmente por sus supervisores, por ser “extremista e insensible”.
¿Su crimen? ¡Dijo la verdad!
Según la Enciclopedia de Historia Universal de Langer, (artículo “Santa”), “Santa” era un nombre común para Nimrod en todo Asia Menor. Este era también el mismo dios del fuego que descendía por las chimeneas de los antiguos paganos y el mismo dios del fuego a quien los infantes le eran quemados y comidos en sacrificio humano.
Hoy, Santa Claus viene de “San Nicolás”. Washington Irving, en 1809, es el responsable de transformar al viejo y estricto obispo original del mismo nombre, en el nuevo “alegre San Nick” en su obra Knickerbocker History of New York, Historia de Nueva York por Knickerbocker. (La mayoría de las otras tradiciones navideñas de América son aún más recientes que ésta.) “Viejo Nick” ha sido ampliamente reconocido como un término para el diablo.
Analicemos la palabra nicolaíta. Ésta significa “seguidor de Nicolás”. Nikos significa “conquistador, destructor”. Laos significa “pueblo”. Los nicolaítas, entonces, son personas que siguen al conquistador o destructor — Nimrod.
¿Su crimen? ¡Dijo la verdad!
Según la Enciclopedia de Historia Universal de Langer, (artículo “Santa”), “Santa” era un nombre común para Nimrod en todo Asia Menor. Este era también el mismo dios del fuego que descendía por las chimeneas de los antiguos paganos y el mismo dios del fuego a quien los infantes le eran quemados y comidos en sacrificio humano.
Hoy, Santa Claus viene de “San Nicolás”. Washington Irving, en 1809, es el responsable de transformar al viejo y estricto obispo original del mismo nombre, en el nuevo “alegre San Nick” en su obra Knickerbocker History of New York, Historia de Nueva York por Knickerbocker. (La mayoría de las otras tradiciones navideñas de América son aún más recientes que ésta.) “Viejo Nick” ha sido ampliamente reconocido como un término para el diablo.
Analicemos la palabra nicolaíta. Ésta significa “seguidor de Nicolás”. Nikos significa “conquistador, destructor”. Laos significa “pueblo”. Los nicolaítas, entonces, son personas que siguen al conquistador o destructor — Nimrod.
¿Es bíblico intercambiar regalos?
Los comerciantes reportan regularmente que más del 60% de sus ventas anuales al menudeo ocurren durante la temporada de compras navideñas. Esto representa una tremenda cantidad de compras de regalos. La mayoría hoy cree que dar regalos viene del cuento bíblico de los “tres magos” (la Biblia no da número) quienes le presentaron regalos al Cristo. ¿Es esto cierto? ¿De dónde vino el intercambio de regalos.
La Biblioteca Sacra afirma: “El intercambio de regalos entre amigos es una característica similar de la Navidad y la Saturnalia, y debe haber sido adoptada por los cristianos proveniente de los paganos, como lo muestra claramente la admonición de Tertuliano” (Vol. 12, p.p. 153-155).
Al igual que con cualquier otro aspecto de la Navidad, la estremecedora verdad es que aun esta supuesta costumbre cristiana no viene de la Biblia. Es una ironía que a las personas les encante creer que están siguiendo la costumbre de los reyes magos de dar al Cristo, cuando en realidad se están dando exclusivamente ¡los unos a los otros!
Comúnmente se supone que estos eran presentes de nacimiento para el “niño Jesús”. Pero, ¿es eso lo que la Biblia dice en realidad? ¡Absolutamente no! Primero, es importante notar que ellos sí le dieron presentes a Jesús. No se pararon en Su presencia e intercambiaron obsequios entre ellos, o se los dieron a otros. Los obsequios le fueron “presentados a el”. Además, llegaron bastante después de su “día de nacimiento”. Esta es otra razón de que estos no pudieron haber sido “regalos por su nacimiento” (o cumpleaños).
Una antigua costumbre de oriente era presentar obsequios al venir ante un rey. Estos hombres entendían que estaban en la presencia del “rey de los judíos”. La biblia contiene muchos ejemplos de personas enviando obsequios a reyes o presentándolos al llegar a su presencia. Esta costumbre es común hoy, cuando los embajadores u otros llegan a la presencia de un líder mundial.
Finalmente, note lo que dice el Comentario Adam Clarke, volumen 5, página 46, sobre lo que sucedió realmente en esta ocasión: “Versículo 11. Ellos le presentaron regalos a el. Las personas de oriente jamás se acercaban a la presencia de reyes o de grandes personajes sin un presente en sus manos. Esta costumbre es notada con frecuencia en el Antiguo Testamento, y aún permanece en el oriente, y en algunas de las recién descubiertas Islas del Mar Chino del Este”. Los regalos, por costumbre, se presentaban a los reyes.
El origen del árbol de Navidad
El moderno árbol de Navidad se originó en Alemania. Pero los germanos lo obtuvieron de los romanos, quienes lo obtuvieron de los babilonios y egipcios.
Lo siguiente demuestra lo que creen los babilonios acerca del origen del árbol de Navidad: “Una antigua fábula babilónica habla de un árbol de hoja perenne, el cual brotó de un tronco muerto. El viejo tronco simbolizaba a Nimrod muerto, el nuevo árbol de hoja perenne simbolizaba ¡que Nimrod había vuelto a la vida en Tamuz! Entre los druidas, el roble era sagrado, entre los egipcios era la palma, y en Roma era el abeto, ¡el cual era decorado con cerezas rojas durante la Saturnalia!” (Walsh, Curiosidades de costumbres populares, p. 242).
La obra Respuestas a Preguntas, de Frederick J. Haskin, afirma: “El árbol de Navidad es de Egipto, y su origen data de un período muy anterior a la Era Cristiana”. ¿Sabía usted esto — que el árbol de Navidad precedió por mucho tiempo al cristianismo?
El árbol de Navidad, sin embargo, es mencionado en la Biblia de manera directa, vaya a Jeremías 10:2-5: “ No aprendáis el camino de las naciones… Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril. Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder”.
La Enciclopedia Americana declara: “El acebo, el muérdago, el tronco navideño… son reliquias de tiempos pre-cristianos”. En otras palabras, ¡paganismo! El tronco navideño era usado comúnmente en un rito de adoración de naturaleza teutónica.
Frederick Haskin afirma además: “Las autoridades creen que el uso de la guirnalda navideña puede rastrearse hasta la costumbre pagana de decorar los edificios y lugares de adoración para la fiesta que tenía lugar al mismo tiempo que nuestra Navidad”.
La Enciclopedia Británica, bajo “Celastrales”, expone el origen de la guirnalda de flores: “los paganos europeos traían ramilletes de acebo a sus hogares, y las ofrecían a las hadas de los bosques, como refugios del severo clima invernal. Durante la Saturnalia, el festival romano de invierno, ramas de acebo eran intercambiadas como símbolo de amistad. Los más antiguos cristianos romanos aparentemente usaban el acebo como una decoración en la temporada navideña”.
Hay docenas de tipos distintos de acebo. Virtualmente todos vienen en variedades masculinas y femeninas — tales como “Príncipe azul y Princesa azul” o “muchacho azul y muchacha azul” o “muchacho chino y muchacha china”. Las plantas femeninas de acebo no pueden tener bayas a menos que una planta masculina contigua las polinice. Es fácil ver por qué las guirnaldas de acebo encontraron su camino en los rituales paganos, ¡como un símbolo de amistad y fertilidad!
La Enciclopedia Británica, bajo “Santalales”, afirma: “Se cree que el muérdago europeo había tenido un significado ritual especial en las ceremonias druidas y vive en el folklore de hoy, con su estatus especial como el muérdago navideño habiendo venido de épocas anglosajonas”. El muérdago es un parásito que vive en los robles. (Recuerde que los druidas adoraban en bosques de roble). Los antiguos celtas (asociados con los druidas) solían dar el muérdago, como un remedio herbal, a los animales estériles para hacerlos fértiles. Y aún se le conoce como “sanador de todo” en celta.
Al igual que el muérdago, las frutas navideñas también eran consideradas sagradas para el dios sol. El “tronco del sol” [del inglés “sun log”] vino a ser llamado “tronco navideño” [del inglés “yule log”]. Como nota, en inglés a la Navidad también se le llama “Yule”. Esto simplemente significa “rueda”, lo cual ha sido por mucho tiempo la representación del sol. Por eso las personas hoy en día comúnmente hablan de la “temporada sagrada de yule”.
Lo siguiente demuestra lo que creen los babilonios acerca del origen del árbol de Navidad: “Una antigua fábula babilónica habla de un árbol de hoja perenne, el cual brotó de un tronco muerto. El viejo tronco simbolizaba a Nimrod muerto, el nuevo árbol de hoja perenne simbolizaba ¡que Nimrod había vuelto a la vida en Tamuz! Entre los druidas, el roble era sagrado, entre los egipcios era la palma, y en Roma era el abeto, ¡el cual era decorado con cerezas rojas durante la Saturnalia!” (Walsh, Curiosidades de costumbres populares, p. 242).
La obra Respuestas a Preguntas, de Frederick J. Haskin, afirma: “El árbol de Navidad es de Egipto, y su origen data de un período muy anterior a la Era Cristiana”. ¿Sabía usted esto — que el árbol de Navidad precedió por mucho tiempo al cristianismo?
El árbol de Navidad, sin embargo, es mencionado en la Biblia de manera directa, vaya a Jeremías 10:2-5: “ No aprendáis el camino de las naciones… Porque las costumbres de los pueblos son vanidad; porque leño del bosque cortaron, obra de manos de artífice con buril. Con plata y oro lo adornan; con clavos y martillo lo afirman para que no se mueva. Derechos están como palmera, y no hablan; son llevados, porque no pueden andar. No tengáis temor de ellos, porque ni pueden hacer mal, ni para hacer bien tienen poder”.
La Enciclopedia Americana declara: “El acebo, el muérdago, el tronco navideño… son reliquias de tiempos pre-cristianos”. En otras palabras, ¡paganismo! El tronco navideño era usado comúnmente en un rito de adoración de naturaleza teutónica.
Frederick Haskin afirma además: “Las autoridades creen que el uso de la guirnalda navideña puede rastrearse hasta la costumbre pagana de decorar los edificios y lugares de adoración para la fiesta que tenía lugar al mismo tiempo que nuestra Navidad”.
La Enciclopedia Británica, bajo “Celastrales”, expone el origen de la guirnalda de flores: “los paganos europeos traían ramilletes de acebo a sus hogares, y las ofrecían a las hadas de los bosques, como refugios del severo clima invernal. Durante la Saturnalia, el festival romano de invierno, ramas de acebo eran intercambiadas como símbolo de amistad. Los más antiguos cristianos romanos aparentemente usaban el acebo como una decoración en la temporada navideña”.
Hay docenas de tipos distintos de acebo. Virtualmente todos vienen en variedades masculinas y femeninas — tales como “Príncipe azul y Princesa azul” o “muchacho azul y muchacha azul” o “muchacho chino y muchacha china”. Las plantas femeninas de acebo no pueden tener bayas a menos que una planta masculina contigua las polinice. Es fácil ver por qué las guirnaldas de acebo encontraron su camino en los rituales paganos, ¡como un símbolo de amistad y fertilidad!
La Enciclopedia Británica, bajo “Santalales”, afirma: “Se cree que el muérdago europeo había tenido un significado ritual especial en las ceremonias druidas y vive en el folklore de hoy, con su estatus especial como el muérdago navideño habiendo venido de épocas anglosajonas”. El muérdago es un parásito que vive en los robles. (Recuerde que los druidas adoraban en bosques de roble). Los antiguos celtas (asociados con los druidas) solían dar el muérdago, como un remedio herbal, a los animales estériles para hacerlos fértiles. Y aún se le conoce como “sanador de todo” en celta.
Al igual que el muérdago, las frutas navideñas también eran consideradas sagradas para el dios sol. El “tronco del sol” [del inglés “sun log”] vino a ser llamado “tronco navideño” [del inglés “yule log”]. Como nota, en inglés a la Navidad también se le llama “Yule”. Esto simplemente significa “rueda”, lo cual ha sido por mucho tiempo la representación del sol. Por eso las personas hoy en día comúnmente hablan de la “temporada sagrada de yule”.
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